Alimentar el futuro con producción sostenible

Hoy en día todos somos más conscientes del impacto ambiental de los alimentos que consumimos. Desde la cuestión de los kilómetros —las distancias a veces enormes que recorren nuestros alimentos antes de llegar a nuestros platos— hasta el clima cambiante y el impacto que tiene en la agricultura, se necesitan nuevas soluciones para hacer que la agricultura sea más sostenible y que podamos seguir alimentando a una población mundial en crecimiento.

Olvídese de lo horizontal, piense en vertical

Imagine una granja en la que se realizan diferentes cultivos, tal vez lechuga, zanahorias o trigo. Lo más probable es que esté pensando en campos que se extienden a la distancia con filas y filas de plantas. El problema es que, obviamente, los campos de este tamaño no se pueden ubicar en los centros urbanos, por lo que siempre habrá que transportar la cosecha por largas distancias para que nos llegue a nosotros, los hambrientos consumidores.

Es hora de pensar de manera diferente: la agricultura vertical toma esta idea horizontal de agricultura y la gira 90 grados mediante la implementación de cultivos en capas apiladas de manera vertical en condiciones controladas con sumo cuidado que optimizan el crecimiento de las plantas. Obviamente, esto permite ahorrar mucho espacio, lo que significa que se pueden realizar cultivos en centros urbanos densos cerca de dónde se consumirán; de este modo, se reducen los kilómetros de recorrido asociados con la ensalada que consumimos a la hora del almuerzo.

Producir más alimentos en menos espacio

Llevar los cultivos al espacio interior también tiene otros beneficios, protege las plantas de un clima incierto, reduce la necesidad de pesticidas dañinos y permite que se cultiven alimentos durante todo el año. La producción es considerablemente más alta que la que se logra con la agricultura tradicional, ya que un sistema inteligente de sensores avanzados, modelado de datos e inteligencia artificial puede ayudar a garantizar que el entorno sea perfecto para el crecimiento.

Sin necesidad de sol, suelo o acres de tierra, la agricultura vertical también requiere menos recursos en otros aspectos. Por ejemplo, empresas como Fifth Season en Pittsburgh, Pensilvania, utiliza un 95 % menos de agua que la agricultura tradicional. Dado que la escasez de agua es una amenaza real para el futuro, esto nos brinda la oportunidad de aumentar la sostenibilidad agrícola y al mismo tiempo poder llenar nuestros platos de comida. 

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Las condiciones perfectas para el crecimiento

Junto con las granjas verticales, los invernaderos inteligentes son otro ejemplo de agricultura de ambiente controlado (controlled environment agriculture, CEA), ahora uno de los segmentos de más rápido crecimiento en los mercados de alimentos en todo el mundo. Empresas como Damatex proporcionan sistemas de control de clima computarizados de alta gama que los agricultores pueden usar para llevar su agricultura hacia el futuro, con monitoreo ambiental autónomo en tiempo real que maximiza el rendimiento y aumenta la calidad de los cultivos, todo mientras usa menos energía y recursos.

Los sensores, los transmisores y las sondas permiten lograr condiciones de crecimiento óptimas con un alto grado de precisión; informan respecto de las condiciones ambientales como la humedad y la temperatura y brindan los datos necesarios para que la inteligencia artificial controle y ajuste cualquier factor individual que deba cambiarse. Cuanto mejor sea el control del clima, menor será el costo de producción y más constante será la calidad del cultivo, lo que hace que nuestra comida no solo sea más sostenible sino también más sabrosa.

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